MI DIOS GRANDE
Dios es tan grande, ¡tan grande!,
en su infinito portento, que es capaz de hacerse Pan y de habitar en el suelo. Dios es tan grande, ¡tan grande!, tan exhaustivo en su seno, que se hace cuanto quiere, y por eso es alimento. Dios es tan grande, ¡tan grande!, en su serse el Sempiterno, que se hace criatura para llevarme a su encuentro. Dios es tan grande, ¡tan grande!, que por eso es tan pequeño cuando se oculta en la Hostia tras la cárcel de su encierro. |
Dios es tan grande, ¡tan grande!,
que es capaz de ser, sin serlo, cosas de las que no son, para mostrar sus portentos. Dios es tan grande, ¡tan grande!, que todo Él rompe en Beso, para besarme en su ser en gozo de amor eterno. Dios es tan grande, ¡tan grande!, que me besa cuando peno, ¡haciéndose tan chiquito como mi pena en el suelo! Dios es tan grande, ¡tan grande!, que, en su proceder eterno, por la fuerza de su brazo, ¡rompe en inmensos portentos! |
Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia
28-5-1974
28-5-1974
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