«La Eucaristía constituye el manantial de la vida de la Iglesia. De este Sacramento de amor brota todo auténtico camino de fe, de comunión y de testimonio… No agradeceremos nunca suficientemente al Señor el don que nos hace en la Eucaristía… No acabaremos nunca de captar todo su valor y riqueza. Pidámosle, pues, que este Sacramento continúe manteniendo viva en la Iglesia su presencia»