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martes, 14 de mayo de 2013

La Santa Madre Iglesia es la Nueva y Celestial Jerusalén.


Leyendo el tema propuesto para esta semana se intuye el porqué y de dónde le viene a La Obra de la Iglesia la necesidad y la urgencia de vivir permanentemente ofrecida al Señor por el Pueblo de Dios, por el Santo padre y por los Obispos. El Señor, después de haber introducido, profunda y deliciosamente, en su gozo a la Madre Trinidad, le hizo comprender, al mismo tiempo, el sufrimiento y la fortaleza de la Iglesia -“Torre fortificada”- y lo pequeñita que era ella a sus pies -“zapatito de la Iglesia”-, tan sencilla y tan insignificante. Pero... como dijo no hace mucho tiempo un Obispo a propósito de esto: “sin zapatito se camina muy mal, y duelen mucho los pies…”.


TITULO: La Santa Madre Iglesia es la Nueva y Celestial Jerusalén. “Yo sé la gloria y el sufrir de la Iglesia”

martes, 7 de mayo de 2013

La excelencia de Dios. “Bajo la cercanía del Espíritu Santo y el ímpetu de sus fuegos"


    La luz de la Verdad, en la penetración del misterio de Dios y ante la distancia infinita que hay entre Él y la criatura, hace expresar a la Madre Trinidad: “¿Qué tiene que ver la criatura con el Creador?”, comprendiendo que sólo Jesús, en su humanidad, es capaz de adorar a Dios como Él infinitamente necesita del hombre. 


TITULO:La excelencia de Dios. “Bajo la cercanía del Espíritu Santo y el ímpetu de sus fuegos”

miércoles, 1 de mayo de 2013

¡Yo quiero al Ser...! "¡sólo quiero a Dios, sin más ...!"


El cansancio de la vida, las penas de nuestro existir, la insatisfacción por no encontrar lo que necesitamos hacen exclamar al alma: ¡Yo quiero al Ser...!, y esto, no para apartarnos de los hombres, sino para encontrar a Dios. La vida sin poseer a Dios es una angustiosa tortura, sofocada a duras penas por todo lo que no es Él, llevando adelante una existencia anestesiada. En el escrito de esta semana, la Madre nos indica dónde se saciará verdadera y plenamente nuestra sed.


TITULO: ¡Yo quiero al Ser…! “¡Sólo quiero a Dios, sin más…!”